El dólar cayó en Colombia y rompió su racha alcista: así se movió la divisa este 23 de octubre

El precio del dólar estadounidense en Colombia cerró la jornada del 23 de octubre en un promedio de $3.888,91. Esto significó una caída de $11,91 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se ubicó en $3.900,82.

La divisa norteamericana tuvo un precio de apertura de $3.908,00, tocó un máximo de $3.910,00 y un mínimo de $3.873,00. Además, durante el día, de acuerdo con la plataforma Set-FX, se negociaron más de USD1.555 millones en 1.890 transacciones.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel

Con referencia a la rentabilidad de la última semana, el dólar estadounidense anota un ascenso 1,83% aunque, por el contrario, en términos interanuales todavía mantiene una bajada del 5,8%.

Si confrontamos la cifra con fechas pasadas, pone el fin a tres sesiones de tendencia positiva. En cuanto a la volatilidad de estos siete días, se observa que es de 7,25%, que es una cifra inferior al dato de volatilidad anual (10,1%), lo que indica que en esta última fase está tendiendo menos cambios de lo previsible.

El dólar estadounidense mantiene su posición dominante en los mercados globales, sostenido por un entorno de tensiones comerciales y expectativas de política monetaria que le dan un impulso estructural frente a la mayoría de las divisas. En las últimas jornadas, el billete verde logró mantenerse por encima de los 99 puntos, apoyado por un aumento de la cautela global tras la decisión de Washington de evaluar restricciones a las exportaciones de software hacia China.

Este movimiento reavivó la disputa tecnológica entre las dos mayores economías del mundo y refuerza el atractivo del dólar como activo de refugio. Sin embargo, la atención de los mercados está puesta en la próxima publicación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos, que será decisiva para confirmar si la Reserva Federal optará por un recorte de 25 puntos básicos en su próxima reunión y otro adicional antes de finalizar el año.

El fortalecimiento del dólar, no obstante, también está respaldado por la debilidad de sus principales contrapartes. Tanto la libra esterlina como el yen japonés atraviesan episodios de vulnerabilidad, afectados por la incertidumbre económica en sus respectivas regiones y por la pérdida de impulso en la actividad industrial.

Esto permite al dólar conservar una ventaja relativa, incluso en medio del prolongado cierre parcial del gobierno estadounidense, que limitó la disponibilidad de información económica y elevado el nivel de incertidumbre sobre la trayectoria del crecimiento. Aun así, los inversionistas siguen interpretando el contexto actual como un terreno favorable para mantener posiciones en activos denominados en dólares, especialmente ante la falta de alternativas con un rendimiento competitivo.

En el caso colombiano, el peso experimentó una corrección luego de su fuerte apreciación de la semana pasada, alcanzando un máximo intradía de $3.923. Este movimiento respondió, en gran parte, a la presión global generada por el recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos y China, que redujo temporalmente el apetito por activos de riesgo. A nivel local, la moneda continúa mostrando una elevada sensibilidad frente a los eventos políticos y diplomáticos, en particular ante la incertidumbre derivada de la crisis entre Bogotá y Washington, cuyo desenlace sigue siendo incierto.

Pese a ello, el entorno internacional ofrece ciertos factores de apoyo para el peso colombiano. El repunte de los precios del petróleo y el comportamiento positivo de otras divisas emergentes en la región podrían favorecer una recuperación parcial frente al dólar. De consolidarse esta tendencia, la moneda local podría moverse dentro de un rango estimado entre $3.885 y $3.930, con posibles extensiones hacia $3.865 en caso de una mejora sostenida del sentimiento de riesgo.

El escenario general sugiere, sin embargo, que la volatilidad seguirá siendo alta. El dólar conserva un piso sólido gracias a su papel central en el sistema financiero y al respaldo de la política monetaria estadounidense, mientras que el peso colombiano, aunque resiliente, depende en gran medida de la evolución de los precios del crudo, de la estabilidad política interna y del curso de las relaciones con Estados Unidos. En consecuencia, los próximos días serán clave para determinar si el reciente impulso del dólar marca el inicio de una tendencia sostenida o un episodio temporal dentro de un ciclo de ajustes más amplio.