Victoria Villarruel podría haber cerrado la sesión preparatoria que oficializaba las autoridades del Senado con un triunfo, pero prefirió montar un espectáculo. La sesión era un trámite, la previa formal antes de la apertura de sesiones ordinarias, pero la vicepresidenta prefirió aprovechar la jornada para chicanear al kirchnerismo. «No fue senador, no fue vicepresidente y yo no soy su viuda», espetó, con desprecio, cuando los senadores de Unión por la Patria le cuestionaron su decisión de quitar el busto de Néstor Kirchner que estaba en el Salón de las Provincias. El clima de tensión se repitió a lo largo de toda una sesión que, paradójicamente, había ratificado por unanimidad –con los votos de UxP incluidos– la presidencia provisional en manos de Bartolomé Abdala y el resto de las vicepresidencias. El malestar se esparcía por los pasillos del Senado, colaborando con un clima de belicosidad opositora que planea voltear el megaDNU de Javier Milei apenas comience marzo.
«Le quiero preguntar a usted, Presidenta. ¿Qué pasó con el busto de Néstor Kirchner? Lo hicieron desparecer del recinto». La pregunta del jefe de la bancada de UxP, José Mayans, descolocó a Victoria Villarruel. La sesión estaba ya terminando, se habían aprobado ya las autoridades por unanimidad, y los senadores peronistas venían cuestionando con dureza al oficialismo por las maniobras dilatorias para tratar el DNU desregulador de Milei. Pero faltaba un último cruce. «Está en el archivo. Lo sacamos porque no fue senador, no fue vicepresidente y yo no soy su viuda. Y aquí tiene que haber igualdad entre todos los espacios», respondió Villarruel. Utilizaría las mismas palabras, aunque con media sonrisa, una hora después cuando participase de una conferencia de prensa en el Salón de las Provincias: la sala en donde había reposado el busto de Néstor Kirchner desde 2013 y que, ahora, fue movilizado a la sala del bloque de UxP.
«Lo derrocamos a Perón, hacemos desaparecer a (Palacio) Unzué y con eso hacemos desaparecer la figura de Perón. Hacemos desaparecer la imagen de Evita y así la hacemos desaparecer de la historia argentina. Es vergonzoso», le respondió, mientras tanto, Mayans.
El jefe de la bancada de UxP protagonizaría, por otro lado, varios de los cruces con Villarruel. La sesión preparatoria se había caracterizado por la máxima legislativa «La oposición se queda con los discursos, el oficialismo con los votos». Y es que, en un giro de 180 grados, el peronismo había adoptado la postura institucional de acompañar las autoridades propuestas por LLA: el puntano libertario, Bartolomé Abdala, como presidente provisional del Senado; la radical Carolina Losada como vicepresidenta primera; la cordobesa schiarettista, Alejandra Vigo, como vicepresidenta segunda. Y, finalmente, la neuquina de UxP, Silvia Sapag, como vicepresidenta tercera, un cargo que había quedado vacante en diciembre cuando Villarruel avanzó en otra sesión preparatoria que el peronismo había impugnado.
Fue así que, con 71 votos a favor y ninguno en contra, LLA pudo ratificar sus autoridades. Aunque inmediatamente, comenzaron las cuestiones de privilegio contra Villarruel por haberse negado a tratar el DNU 70/2023 –que modifica y deroga más de 100 leyes, como la Ley de Alquileres o la de Tierras– en el recinto. «Usted se ha convertido en una máquina de impedir», la acusó la riojana Florencia López. «De su parte solo hemos visto dilaciones y ponernos palos en la rueda», sumó Sapag.
Los cuestionamientos de UxP eran una continuación directa de la impugnación que habían hecho, el día anterior, en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. El peronismo sostiene que la Bicameral debería haberse conformado hace un mes y que, ahora, vencido el plazo constitucional, corresponde llevar el tema directamente al recinto. «Tenemos el número para el quórum», insistían en la bancada el viernes a la mañana, desde donde están preparándose para imponerle a Villarruel el debate del DNU apenas comiencen las sesiones ordinarias el 1 de marzo. UxP apuesta a sumar, a sus 33 senadores, los votos de la rionegrina Mónica Silva, el entrerriano Edgardo Kueider, el de la neuquina Lucila Crexell y el correntino Carlos «Camau» Espínola. En las últimas horas, sin embargo, el peronismo comenzó a temer que tambaleara la voluntad de los dos últimos.
No son pocos los senadores que comenzaron a recibir presiones. Un caso claro es el del radicalismo, que en el Senado tiene a varias voces muy críticas al DNU. UxP no lo cuenta para el quórum –no de momento, al menos, ya que la UCR no ha terminado de definir una postura interna–, pero sabe que hay entre cuatro o cinco senadores radicales que, de forzarlos a votar en el recinto, lo harían en contra. «Si el DNU llega al recinto se cae. Somos varios los que queremos voltearlo», confesó un senador radical.
Malvinas y la «campanita del Senado»
Los embates contra Villarruel fueron una constante a los largo de las casi tres horas de sesión, llevando a que la presidenta de la Senado violara el reglamento de la Cámara al responderles directamente a sus discursos. «Necesitamos que el de Malvinas sea un tema relevante en la agenda bilateral con el Reino Unido pero que sobre todo sea de cara a la gente y a los veteranos de Malvinas», le recriminó la fueguina María Eugenia Duré, en un momento. «Senadora, le voy a pedir que cuando se refiera a la causa Malvinas tenga el respeto de no usarla para politiquería barata», le respondió, furiosa, Villarruel, y agregó: «Soy hija un veterano de guerra y en mi casa el tema Malvinas nos es tema de campaña. Mi padre dio la vida y ofreció su tranquilidad, su cuerpo y su sangre y la de sus camaradas para que este país sostuviera el reclamo de soberanía». El padre de Villarruel, tal como relató Luciana Bertoia en este diario, es un militar que se jactó de haber intervenido en la «lucha contra la subversión».
En otro momento, la rionegrina Silvina García Larraburu rechazó los agravios de Milei contra el Congreso –al que había calificado de «nido de ratas»– y aprovechó para meter a la propia vicepresidenta en la misma bolsa. «Este es para usted, señora vicepresidenta», sostuvo Larraburu y leyó una nota periodística que señalaba: «Javier Milei se expresa respecto a la función de la vicepresidenta y dice: ‘Villarruel está solo para tocar la campanita'».
«Los insultos de Milei no me van ni me vienen. Lo que creo es que es una persona con problemas mentales, de verdad se lo digo», remató, sobre el final, Mayans.
More Stories
El reclamo de los perdedores del modelo de Milei llegó a los supermercados y frigoríficos
Para salvar a Kueider, el oficialismo pidió tratar la suspensión de Parrilli | Villarruel incorporó el proyecto al temario de la sesión prevista para este jueves en el Senado
Quién es Peter Lamelas, el embajador designado por Trump para la Argentina | El médico y empresario de la salud de origen cubano llega con un fuerte mensaje «anticomunista»