Los trabajadores del subte y el tren de San Pablo, la ciudad más poblada de Sudamérica, convocaron este martes a un paro contra la agenda privatizadora del gobernador Tarcisio de Freitas, uno de los principales aliados del expresidente Jair Bolsonaro. La huelga, inicialmente de 24 horas, paralizó de forma total o parcial el servicio en cuatro líneas de subte y cinco de tren, que conectan la región metropolitana con el centro paulista.
Contra la ola privatizadora
A la huelga también se sumaron los empleados de la Compañía de Saneamiento Básico del Estado de San Pablo, la mayor empresa pública de agua de América latina que abastece a casi 30 millones de personas. Los sindicatos denuncian que transferir el control del poder público al sector privado aumentará las tarifas y empeorará la calidad de los servicios. Además convocan a realizar un plebiscito para decidir sobre las privatizaciones planeadas por el gobierno paulista.
A pedido del gobierno de San Pablo, la justicia laboral obligó a los trabajadores del tren a dar servicios esenciales en hora pico. El sindicato aceptó pero puso como condición ofrecer el servicio en forma gratuita, algo que no fue aceptado por las autoridades gubernamentales. El servicio de transporte de ómnibus y colectivos funcionó normalmente en San Pablo debido a que dependen de la municipalidad y no del gobierno estadual.
En la terminal de Barra Funda, donde es posible abordar líneas de tren, colectivo y subte, líderes de movimientos que apoyan la huelga se organizaron para explicar a la población lo que significa la privatización e informar los motivos de la huelga. Solo el subte de esa terminal transporta, en promedio, alrededor de 60 mil pasajeros por hora en las horas pico.
Raquel Brito, militante del partido de izquierda Unidad Popular y participante de la convocatoria, aseguró a la agencia de noticias Agencia Brasil: «Las empresas públicas son activos. La privatización es muy mala incluso para los usuarios. La empresa privada pretende obtener ganancias y eso empeora el servicio y aumenta las tarifas. La huelga es un instrumento histórico de lucha y todo lo que obtuvo a través de ella son derechos».
El gobierno estadual se defiende
Las autoridades locales de San Pablo, ciudad cuya población asciende a los 12 millones de personas, buscaron mitigar los trastornos provocados por la huelga reforzando el funcionamiento de las líneas de colectivo, que operaron con normalidad.
El gobernador Tarcisio de Freitas afirmó este martes en una rueda de prensa que la huelga es «ilegal, abusiva y claramente política» e insistió en que seguirá adelante con su agenda de privatizaciones. «Estamos haciendo lo que dijimos que íbamos a hacer en campaña: iniciando estudios para verificar la viabilidad financiera y ver si podemos prestar un mejor servicio» y «recuperar la capacidad de inversión», declaró.
El gobernador paulista, que fue ministro de Infraestructura durante la administración de Bolsonaro (2019-2022), también acusó a los huelguistas de incumplir los servicios mínimos decretados por la justicia. «No están respetando al ciudadano y quien no respeta al ciudadano ni al poder judicial, ¿a quién va a respetar?», criticó.
Esta es la segunda huelga de los trabajadores ferroviarios que enfrenta Tarcisio de Freitas desde que asumió el cargo de gobernador de San Pablo. La primera tuvo lugar en marzo pasado, cuando el principal sindicato de la categoría exigió mejoras salariales y nuevas contrataciones.
En el estado de San Pablo surgió este martes un nuevo foco de conflicto con la paralización de los trabajadores de la tercera empresa de aviación del mundo, Embraer, ubicada en el municipio de Sao José dos Campos. Los trabajadores denuncian que la empresa redujo los beneficios para el proyecto de carrera y sistema de jubilaciones dentro de la compañía y quieren aumentos salariales superiores al cuatro por ciento ofrecido por la patronal.
A esta huelga de transportes se le suma un paro que ya lleva diez días de profesores y alumnos de la Universidad de San Pablo, la más prestigiosa del país y una de las principales de América latina, debido a que el rectorado (que depende de fondos del gobierno paulista) suspendió concursos para contratar profesores en las carreras de filosofía, ingeniería, artes escénicas, cine y letras dejando presupuesto sin ejecutar.
En términos políticos estas medidas de fuerza son una prueba para el gobernador Freitas y sus alianzas políticas de cara a las presidenciales de 2026, en las que aparece como uno de los líderes de la derecha y ultraderecha para enfrentar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en caso de que este busque la reelección.
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