14/11/2024

La humedad del nuevo aburrimiento | De Arte no entiendo nada



El planeta se va secando gota a gota, y los estímulos tecnológicos para humedecer la realidad parecen ser viejos.

Por eso, la paciencia en la era del «todo ya», puede traer cola de nuevos conflictos que nos torran. Al parecer, la novedad artificial deja expuesto un insólito aburrimiento montado en el océano de la inteligencia moderna.

El dilema es aún más profundo cuando la multidiversidad de opciones nos hace pensar que nos estamos perdiendo algo. Mientras nuestra vida transcurre en el mundo donde se come, se lava y plancha; hay algo que nos lleva a estar siempre buscando la puerta de salida a una nueva dimensión, que equivocadamente pensamos más divertida.

Un ejemplo de ello es la última versión de Spiderman que expone un mundo desconocido, hasta ahora, de un superhéroe que puede ser relativizado por muchos hombres araña en comunidad.

Es esta imagen la que me hace pensar en uno y en el complejo de superioridad que llevamos en la mochila. Con esta invitación a la nueva huida de nuestras frustraciones, el Súper Yo está también en jaque. Porque todos tenemos 15 minutos de superhéroe en el deber de la vida, como un deseo cultural a cumplir desde el primer “sos un genio”, “sos único”, “sos el mejor”, que se mete en las infancias.

En el transcurso de las propias experiencias, el camino te da la credencial para ser un 4 de copas, que es lo más empatado con ser parte de la ampliación moderna de opciones para “no aburrirse”.

Entonces, cuanta más data superficial obtenemos más seco esta nuestro mundo.

Un buen espejo para hacernos creer que seremos lo que nos dicen en la ingenuidad de nuestro narcisismo infantil, puede llevarnos al aburrimiento de una adultez que tiene todas las aplicaciones para ser feliz en el planeta seco.

En esta instancia ya podemos multiplicar por millones todo lo que no podemos ser, y como si fuera poco, seguir aumentando la realidad en esta época, para no poder tocar nada sino verlo en estado de holograma.

Eso nos hace aburrir en tanta abundancia de “no posibilidades físicas”. La semilla de esta biodiversidad es nada, es esfuerzo para lograrlo, para verlo y para conseguirlo.

Todos los universos son posibles en el multiverso de dimensiones nuevas y realidad ampliada.

Desde ese punto equidistante, entre salir a buscar el pan y vivir en la nueva realidad que solo se alimenta de huidas, aparece el nuevo y único superhéroe de esta era: El superhombre aburrido, que es el gran tapado de una liga que juega por la copa de la conquista del corazón analógico descartado.

El debate de todo este pensamiento surgió en la canchita de fútbol frente a la Laguna de Chascomús.

De pronto, jugando en la costanera, un lateral izquierdo, simulando al uruguayo Alzamendi, se copó con una tribuna inexistente y saludando a las alturas de la valla de cemento tiró el balón lejos, cayendo la pelota del otro lado.

Todo hacía pensar que la de cuero se había perdido en el agua. Automáticamente los jugadores le reprocharon su narcisismo porque pensaron que ahí moría todo.

Cuando se asomaron a ver cómo la corriente se llevaba “la que no se mancha”, según el Diego iluminado; con sorpresa advirtieron lo que la realidad ampliada no anticipó.

De pronto, alguien apreció: -El agua era tosca y la laguna tenía el nivel más bajo que el medidor de nafta en el año 1988 cuando había falta de combustible y se hacían colas eternas para conseguir un bidón lleno-. Se trataba del dueño de un puesto de salamines, en su carrito Batán enganchado del Ford Fairlaine que había pertenecido a la casa de velatorios.

Al instante, contemplando la laguna seca, continuó: -Lo único que nos emociona es lo humano y la naturaleza-.

-No pierdas el sentido de lo práctico-, me dijo y cerró la puerta del baño para encerrarse a pensar. Cuando salió agregó: -Todo esto empezó con el antitranspirante. Un proceso natural que segrega autodefensas no se debe llevar a la censura, porque hoy transpirar realidad puede ser un aviso para darse un baño de lo verdadero-.

Luego se perdió en el humo y esa sabiduría se evaporó para empaparse con desodorante y ser atrapado en las redes sociales que buscan aventuras de pareja.



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